Conversando en familia con nuestros hijos nos hacían ver el beneficio de comprar un terreno para tener una casita de fin de semana con pileta para desenchufarnos de tanto stress. Nos encontrábamos celebrando un 25 de diciembre con la familia de mi yerno, su abuelo Rosauro nos comentó de un terreno que tenía cerca de allí y quería venderlo, fuimos a conocerlo, estaba todo muy abandonado pero tenía partes construídas que se podían aprovechar, lo conversamos, juntamos ahorros y lo compramos. y algo que comenzó en un proyecto para la familia se transformó sin pensarlo en esto que hoy es TERRANOSTRA. Construído con mucho sacrificio, pero sobre todo con inmenso amor para brindarle a nuestros visitantes la calidez de sentirse como en su propia casa y más. Esta es nuestra pequeña " GRAN HISTORIA. "